
Junto a Piotr nos fuimos de vacaciones a la isla de La Graciosa, que es la isla más pequeña y menos conocida del archipiélago canario. Fue una escapada perfecta, sobre todo porque necesitábamos mucho descansar, conocer nuevos lugares, hacer excursiones en bicicleta y... dormir bien.

Estuvimos sorprendidos por la simple realidad que encontramos allí: un pueblo con tres calles, dos tiendas, arena y dos volcanes en lugar de asfalto. Queremos volver allí pronto.